Todavía no me puedo creer sobre lo que voy a escibir hoy, de verdad que no me creo que esté escribiendo sobre la muerte de Marco Simoncelli. No me puedo imaginar que no le volvamos a ver encima de una moto, que no volvamos a ver al gran Super Pipo, que no vayamos a ver más esa melena, esa sonrisa pícara que siempre tenía para las cámaras...que duro de verdad...creo que sólo me podrán entender las personas que amen el motociclismo.
Marco está claro que no era el piloto más querido por la afición española, tampoco nos vamos a engañar, se puede decir que era el malo de la película, pero como dice el anuncio, cuánto mejor es el malo...mejor es la película. Soy de los que opina que el rival cuánto mejor sea, más se valora la victoria y mejor sabe, y Simoncelli era de esos rivales que engrandece el triunfo. Para el recuerdo nos quedarán sus duelos en 250cc con Bautista y Barberá, o sus polémicas con Lorenzo y Pedrosa en MotoGP. Pero todo eso queda en un segundo plano cuando ocurre una desgracia como esta. Ha perdido la vida en la segunda vuelta del Gran Premio de Malasya, perdió el control de su Honda y el resto seguro que sabéis como sigue. Horrible, creo que no existen las palabras para describir el momento. Marco no soltó su Honda RC212V...y así murió, agarrado a su moto...a su pasión.
Como le va a echar de menos el mundo de la moto, para bien o para mal ya era uno de los grandes, era de los pilotos que creaba afición, bien por sus polémicas, o su forma discutible de pilotar, pero nadie puede discutir que era de los que hacía levantarse del sofá. Tenía un estilo único, su extravagancia fuera y dentro de la pista le hacía diferente, pilotaba con pasión y valentía. SuperSic conseguía que se hablara de motos, y eso no lo consiguen todos los pilotos. El destino ha querido truncarle un futuro prometedor, con sólo 24 años, esta temporada ya había conseguido su primer podio en la categoría reina, y ya tenía firmado un contrato para llevar una Honda para el 2012. Este deporte a veces te deja sin palabras la verdad...
Esto me deja una reflexión, creo que hablamos con mucha ligereza de los pilotos de motos, y es una pena que tengan que pasar este tipo de cosas para darnos cuenta del riesgo que corren. Son chavales que van a 300 km/h sin más protección que un mono y un casco. Creo que se merecen el mismo aplauso el primero que cruza la meta como el último. En un deporte donde las diferencias se miden en milésimas todos tienen mucho mérito. Para mi hoy, hay un antes y un después en este deporte que tanto quiero. Todos (entre los que me incluyo) alguna vez hemos hecho algún comentario desafortunado en contra de algún piloto, deseando alguna caída o cosas por el estilo que no vienen a cuento ahora, pues estas cosas deben hacernos ver que el piloto que va encima de la moto no es una pieza más, que no podemos desearle mal a ninguno por muy enfadados que estemos, son personas, con su familia, que sufren cada vez que su hijo, hermano, novio, está encima de esas motos a 300 km/h.
Marco. los que amamos la moto, nunca te olvidaremos, el #58 siempre estará con nosotros, fuiste grande...y hoy desgraciadamente...te has convertido en leyenda. Allá donde estés descansa en paz.
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